En un esfuerzo por capturar la esencia y la historia de los hogares y las familias de Virtus, la fotógrafa Ana Martín ha dado vida a un proyecto cultural único conocido como ‘La Escuela Virtuosa’. Esta iniciativa, que busca mantener viva la rica cultura y el conocimiento del pasado, ha resultado en la impresionante exposición ‘Moradas y Moradores’, donde personas de cinco grupos familiares han sido inmortalizadas.
La escuela de Virtus, que educó a niños desde 1930 hasta finales de los sesenta, dejó una profunda huella en la comunidad. A medida que el éxodo rural disminuyó el número de estudiantes, la escuela cerró sus puertas, pero no sin dejar una profunda marca en la historia local. Felisa Palacio, impulsora de ‘La Escuela Virtuosa’, está determinada a mantener viva la esencia cultural del edificio, transformándolo en un centro de conocimiento y cultura.
La exposición ‘Moradas y Moradores’ es una ventana al pasado, donde las fotografías de Ana Martín y los relatos escritos por Palacio presentan un mosaico diverso de familias y hogares. La muestra detiene el tiempo, permitiendo a las familias posar junto a sus casas, que son testigos silenciosos de recuerdos y experiencias compartidas. El año pasado se capturaron ocho hogares, y este año se suman cinco más, con el proyecto abierto a quienes deseen agregar su legado a la memoria colectiva de Virtus.
Apellidos como Ruiz, Peña, Díaz, Martínez, González y San Miguel se entrelazan en la exposición. Generaciones de abuelos, padres, hijos y nietos posan con orgullo frente a sus hogares, que han sido refugio durante todo el año y lugares de vacaciones. Sin embargo, la historia revela que las moradas no siempre albergaron a los mismos moradores. La exposición explora la evolución de las familias y hogares a lo largo de los años, revelando la dinámica y la transformación de Virtus.
‘Moradas y Moradores’ es más que una exposición; es un puente que conecta el pasado con el presente, reuniendo a las generaciones y las historias en un solo lugar. La muestra también ofrece una visión íntima de la vida en el Valle de Valdebezana, donde las antiguas casonas de arquitectura popular montañesa cuentan sus propias historias de cambio y adaptación a lo largo de los años.
El próximo 9 y 10 de septiembre, durante las fiestas de Santa María La Mayor, Virtus volverá a cobrar vida mientras los visitantes se sumergen en la exposición y se reconectan con los recuerdos que brotan de sus protagonistas. La ‘Escuela Virtuosa’, que una vez cerró sus puertas, ha revivido con un propósito renovado, preservando la historia y la cultura de Virtus para las generaciones futuras.