Recientemente, se ha producido un emocionante descubrimiento en las profundidades de la historia. Bajo la dirección de las investigadoras Ana Isabel Ortega, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), y Ana Belén Marín Arroyo, del grupo EvoAdapta de la Universidad de Cantabria, se ha completado la primera campaña de excavación en el portalón de entrada a Cueva Kaite, un lugar estratégico con vistas al Valle de Sotoscueva. Lo que hace que este hallazgo sea aún más emocionante es que en tan solo tres metros cuadrados y a una profundidad de aproximadamente 30 centímetros, se han descubierto más de cien registros, herramientas líticas de piedra y huesos con marcas de corte o percusión.
Estos hallazgos arrojan luz sobre la vida de los seres humanos que vivieron en la transición del Paleolítico Medio al Paleolítico Superior, hace entre 40,000 y 30,000 años. Lo que hace que este descubrimiento sea aún más notable es que lograr objetivos de esa etapa en tan poco tiempo es una rareza en las excavaciones arqueológicas, representando solo el 5% de los casos.
Lo más sorprendente es que se esperaba encontrar evidencia del Neolítico, la era de los agricultores y ganaderos que ocuparon la región hace unos 10,000 años. Sin embargo, este hallazgo temprano ha revelado un emocionante vistazo al pasado paleolítico.
Ana Isabel Ortega ha estado datando restos superficiales en varias cavidades del complejo kárstico de Ojo Guareña desde 2017, gracias a un proyecto financiado por la Junta de Castilla y León. Este proyecto tiene como objetivo contextualizar los hallazgos y seguir completando las páginas del libro que narra la prehistoria de Ojo Guareña. Además, la cercanía de la cueva Prado Vargas, un yacimiento neandertal a solo 2 kilómetros de distancia, aumentaba las expectativas de hacer descubrimientos significativos.
Cueva Kaite también es especial debido a su zona conocida como el Santuario, donde se encuentran impresionantes grabados rupestres y marcas geométricas en las paredes calizas, a solo 100 metros del portalón donde se ha excavado. Además, los análisis paleoclimáticos de las estalactitas y estalagmitas en Cueva Kaite han revelado eventos climáticos significativos que ofrecen información valiosa sobre cómo los seres humanos se adaptaron a los cambios ambientales a lo largo de la historia.
Esta primera campaña en Cueva Kaite plantea numerosas preguntas sin respuesta, lo que mantiene a los investigadores emocionados. Ahora, se llevarán a cabo análisis, dataciones y estudios más profundos de los hallazgos, incluidos restos de polen fosilizado en los sedimentos. El próximo verano, el equipo regresará a Cueva Kaite para continuar desentrañando los misterios de su pasado. Este emocionante proyecto ha sido posible gracias al apoyo económico de la Diputación Provincial de Burgos y el Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva. El viaje en la búsqueda de nuestro pasado humano sigue sorprendiéndonos.