Localización: Cillaperlata
Distancia a Cillaperlata: 0 km.
El Monasterio de San Juan de la Hoz de Cillaperlata, ubicado en un entorno agreste cerca del Barrio de Arriba de la localidad de Cillaperlata, es uno de los monasterios más antiguos de las tierras del condado de Castilla. Con una historia que se remonta a la época visigoda y una serie de hallazgos arqueológicos que revelan sus orígenes, este monasterio ofrece una ventana única al pasado religioso y cultural de la zona.
El Monasterio de San Juan de la Hoz fue probablemente construido a finales del siglo VII o principios del siglo VIII, durante la época visigoda. Es posible que el monasterio haya tenido un carácter rupestre en sus inicios, aprovechando los abrigos naturales rocosos cercanos a las ruinas actuales. Este paraje se conoce como Bodega de los Frailes.
La primera noticia escrita sobre este monasterio es del 31 de noviembre del 790, cuando el abad Alejandro Quilino dona a San Juan tierras, iglesias, molinos, vestiduras y ornamentos. En el 967, una noble llamada Eldoara profesa bajo el abad Ovidio y entrega numerosos bienes, entre ellos el eremitorio de Valdelacuesta y la iglesia de Santa María de Garoña. Esto confirma que al menos en sus inicios, el monasterio fue un monasterio dúplice, con monjes y monjas viviendo en él.
Ya en el siglo XI, el monasterio pasó a depender del Monasterio de Oña, y las monjas se trasladaron a vivir en el nuevo monasterio oniense fundado en 1011 por el conde de Castilla Sancho García. Durante el siglo XII, la época de mayor esplendor del monasterio, San Juan de la Hoz vio reformada su edificación construyendo o ampliándose el primitivo edificio prerrománico con construcciones en románico.
Las excavaciones arqueológicas realizadas entre 1979 y 1986 por Josefina Andrio Gonzalo y Esther Loyola Perea, revelaron importantes hallazgos sobre la arquitectura y la historia del monasterio. Entre ellos, se encontraron restos de una primitiva iglesia de ábside cuadrado, así como varios capiteles. Estos hallazgos sugieren una continuidad espacial y de dedicación como centro religioso a lo largo de los siglos.
Actualmente, se pueden ver parte de los muros meridional y occidental de la nave, el arranque del arco triunfal, la portada de acceso a la sacristía y la capilla absidal semicircular. Bajo la iglesia románica, se localizaron restos de un edificio rectangular de 17,70 x 4,0 m, con ábside cuadrado, presbiterio, dos estrechas naves y nártex. El ingreso se realizaba desde el sur, a la altura del presbiterio.
Con el paso del tiempo, la importancia del Monasterio de San Juan de la Hoz decayó, convirtiéndose en un simple priorato. Durante el siglo XIX, el monasterio fue destruido durante las guerras napoleónicas (1810) y la primera guerra carlista (1835). En el proceso de la Desamortización, sus ruinas pasaron a los señores de Sáez de Parayuelo, hijosdalgo de La Revilla o Barrio de Arriba de Cillaperlata. Estos desmontaron parte del monasterio para construir una parroquia en dicha población, también con la advocación a San Juan. Sin embargo, en 1928, tras la práctica despoblación del Barrio de Arriba, el párroco de Cillaperlata solicitó el desmantelamiento y allanamiento de esa parroquia.
Hoy en día, algunos elementos del monasterio se encuentran en la casa parroquial adosada a la iglesia de Cillaperlata, donde se pueden ver la portada de medio punto, canecillos, sillares, entre otros. Otros fragmentos se conservan en el jardín de la misma casa. Además, algunos elementos del monasterio fueron trasladados a Burgos, y se pueden ver en el Museo de la Catedral de Burgos capiteles del interior, de la portada y de la ventana del ábside.
En la parroquia de Cillaperlata se conserva una lápida procedente de San Juan de la Hoz de posible origen visigótico o prerrománico con una vid central rodeada por dos aves, todo enmarcado con una cenefa. En el museo de Burgos se conservan un capitel y un ara, ambos de época prerrománica, con decoraciones geométricas y vegetales.
El Monasterio de San Juan de la Hoz de Cillaperlata es un testimonio de la rica historia religiosa y cultural de la región de Castilla. Aunque en ruinas, los hallazgos arqueológicos y los elementos conservados permiten a los visitantes y estudiosos obtener una visión única de la vida monástica y la arquitectura de la época. Este monasterio sigue siendo un valioso recurso para comprender la historia de la región y la evolución del monacato en la Alta Edad Media.