Los Monasterios de San Salvador de Oña y San Juan de Hoz de Cillaperlata, comparten una historia única, entrelazada por lazos de poder que se remontan a la Alta Edad Media. Estos lazos no se limitan a la subordinación del Monasterio de San Juan a Oña durante su fundación, sino que se basan en su común vinculación con el poder condal, el sistema feudal de gobierno en la península ibérica durante este período.
Oneca, La Abadesa de San Juan
La historia registra a una abadesa llamada Oneca (nombre vasco que quiere decir ardiente, vehemente o rojo) al frente del Monasterio de San Juan desde principios del siglo XI. Esta se ha identificado como la hermana del conde Sancho García, lo que vincula fuertemente al monasterio con el poder condal. La elección de Oneca parece estar claramente ligada a la imposición de una dama del linaje condal como abadesa, un fenómeno que se había producido años antes en el caso de Covarrubias y que serviría de precedente para la ulterior elevación de Tigridia como abadesa de la recién creada abadía oniense.
La Anexión de San Juan a Oña
En el documento de dotación de 1011, se estableció la donación a Oña de la villa de Cillaperlata y la anexión del Monasterio de San Juan. A partir de este momento, San Juan se convirtió en una dependencia de Oña, consolidándose en la Plena Edad Media como priorato. Su considerable dominio pasó a la titularidad de la abadía de Oña, lo que indica la influencia creciente de este último monasterio.
Expansión y Reordenación Territorial
La anexión del cercano Monasterio de San Salvador de Loberuela al de Oña marcó otro hito en la expansión de su influencia. Este proceso de anexión supuso un desplazamiento del centro de gravedad monástico y señorial de la región en favor de Oña, reforzando su posición como poder religioso y territorial.
La Importancia de Oneca
Se ha sostenido que Oneca, la abadesa de San Juan, jugó un papel crucial como tutora de su joven sobrina Tigridia. Sin embargo, la única evidencia documental de esto es una noticia muy poco segura. Lo que sí parece claro es que Oneca mantuvo una notable capacidad de acción y un patrimonio significativo durante toda su vida.
Lazos con el Poder Condal
El poder del linaje condal castellano fue tal que Sancho III de Pamplona se preocupó por obtener de Oneca la donación de todos sus bienes por profiliación. Este hecho subraya la estrecha asociación entre el sector oniense y el poder condal, una relación que se mantendría en los siglos siguientes.
La relación entre los Monasterios de San Salvador de Oña y San Juan de Hoz va más allá de la simple subordinación religiosa. Estos monasterios estuvieron intrínsecamente ligados por lazos de poder y territoriales con el linaje condal,