El tallado de frutas y hortalizas es una práctica que se remonta a tiempos inmemoriales en Europa, en la que se vacían y tallan calabazas, nabos y otros vegetales para darles formas antropomórficas y encender velas en su interior. Estas tradiciones se asocian generalmente con el período que abarca desde octubre hasta diciembre, y en muchos casos, están relacionadas con la celebración del Día de Todos los Santos. En este artículo, exploraremos las raíces de esta costumbre en distintos países europeos, incluyendo España, y cómo estas prácticas ancestrales influyeron en la moderna festividad de Halloween.
La calabaza vaciada y tallada, conocida como «jack-o’lantern», es una de las imágenes más emblemáticas de Halloween. Aunque no hay registros de esta tradición en Irlanda anteriores al siglo XIX, se cree que su origen se remonta a una leyenda local sobre un hombre llamado Jack que engañó al diablo. En la isla de Man, la celebración del «Hop-tu-Naa» incluye el uso de nabos ahuecados, y en Cerdeña, la tradición de las «sa conca e mortu», calabazas iluminadas el 2 de noviembre, demuestran la pervivencia de estas costumbres en la isla italiana.
En el Estado, el tallado de calabazas, nabos y otros vegetales se ha llevado a cabo en diversas regiones durante siglos, especialmente en Galicia, Asturias, Cantabria, Euskal Herria y también en Las Merindades. Estas prácticas están relacionadas con la fiesta de Todos los Santos y han sobrevivido hasta mediados del siglo XX.
Un ejemplo específico de esta tradición en el Estado se encuentra en nuestro municipio, Cillaperlata. Según relatos locales, los niños vaciaban calabazas para colocar velas en su interior y los vecinos las colocaban en sus ventanas. Los niños recorrían las calles, asustándose con la visión de las calabazas encendidas. Esta práctica, que se practicaba en el siglo XX, no tiene relación con la festividad de Halloween moderna.
Aunque muchas de estas tradiciones europeas preceden al Halloween moderno y no están directamente relacionadas con él, sí comparten ciertas características y simbolismos. La festividad de Halloween, tal como se celebra hoy en día, tiene sus orígenes en la antigua festividad celta del Samhain, que marcaba el final del verano y el inicio del invierno.
La inmigración irlandesa y escocesa a América del Norte durante el siglo XIX ayudó a difundir la costumbre de tallar calabazas y encender velas en su interior en Estados Unidos y Canadá, lo que finalmente llevó a la adopción de la «jack-o’lantern» como un símbolo icónico de Halloween.
A pesar de la creciente popularidad de Halloween y su comercialización en todo el mundo, muchas de las tradiciones locales de tallado de vegetales en Europa siguen vivas. La práctica de tallar calabazas en la Noche de Ánimas en Merindades es un ejemplo de cómo estas costumbres ancestrales han sobrevivido manteniéndose vivas prácticamente hasta la actualidad en muchas comunidades rurales. La pervivencia de estas prácticas demuestra la riqueza y diversidad de las tradiciones culturales en regiones como Las Merindades.
En la actualidad, algunas localidades han comenzado a recuperar y revitalizar estas antiguas tradiciones, fusionándolas con elementos del Halloween moderno. Esto ha generado un renovado interés en las raíces culturales y el simbolismo de estas prácticas, donde las calabazas en la Noche de Ánimas siguen siendo una parte importante de la identidad local.
En conclusión, el tallado de calabazas en la Noche de Ánimas en Cillaperlata y otras tradiciones similares en Europa demuestran la riqueza y diversidad de las prácticas culturales asociadas con el período de octubre a diciembre. Aunque la festividad de Halloween moderna ha adoptado elementos de estas costumbres ancestrales, es importante recordar y valorar las raíces y el simbolismo de estas tradiciones, que siguen vivas en comunidades rurales como Las Merindades. Al preservar y revitalizar estas prácticas, se contribuye a mantener vivas las tradiciones locales y se enriquece el patrimonio cultural de nuestra región.