El corzo es uno de los animales más fascinantes que habitan en las Merindades de Burgos. Esta especie de ciervo es un verdadero maestro en la adaptación a diferentes ambientes, desde bosques cerrados hasta amplias praderas. A pesar de ser el cérvido más pequeño de Eurasia, el corzo es un animal valiente y resistente que se mueve con agilidad y rapidez a través de su entorno natural.
Una de las características más distintivas del corzo es su dieta. A diferencia de otros cérvidos que prefieren pastos y hierbas, el corzo se alimenta principalmente de hojas de arbustos y árboles bajos, bayas y brotes tiernos. Sin embargo, también se adapta fácilmente a otros tipos de dietas cuando la vegetación disponible es escasa.
En cuanto a su aspecto físico, el corzo adulto mide unos 75 centímetros de altura en la cruz y pesa entre 20 y 30 kilos. Su pelaje es de un tono pardo-rojizo en verano y grisáceo en invierno, y presenta una mancha blanca en la grupa. Ambos sexos emiten gritos similares a ladridos, lo que los convierte en una especie muy característica.
En cuanto a su ecología y biología, el corzo es un animal solitario que habita en una gran variedad de hábitats y tipos de vegetación. Aunque se adapta con facilidad a las condiciones más duras, prefiere paisajes con un mosaico de bosques y tierras de cultivo. En los últimos años, la distribución del corzo en España ha experimentado una expansión debido al abandono de las actividades rurales y la recuperación de la masa vegetal.
A pesar de su gran adaptabilidad, el corzo es una especie que se mueve principalmente al atardecer y al amanecer. Es raro verlo durante el día, ya que suele esconderse entre la espesa vegetación o en lugares deshabitados. Por eso, si quieres observar a este magnífico animal en su hábitat natural, es mejor que planifiques tu excursión al amanecer o al anochecer.
En resumen, el corzo es una especie fascinante que representa una de las joyas naturales de las Merindades de Burgos. Su capacidad de adaptación y su resistencia le han permitido sobrevivir en una amplia variedad de hábitats y condiciones, convirtiéndolo en uno de los animales más emblemáticos de la zona. Si tienes la suerte de encontrarte con un corzo en tu próxima excursión, tómate el tiempo para observarlo y admirarlo en su hábitat natural. ¡No te arrepentirás!